El Conde D es el misterioso responsable de una tienda de animales exóticos en el Chinatown de Los Angeles. Los animales que el Conde vende (regala, presta o simplemente cambia por caramelos), vienen con un contrato con tres cláusulas importantes. Estas cláusulas cambian dependiendo del animal vendido, y romper este contrato induce (o provoca intencionalmente) consecuencias calamitosas para el comprador (consecuencias siempre relacionadas con los conflictos y problemas de su vida), ante los que la tienda no acepta ninguna responsabilidad, si bien la intención intrínseca es realmente provocar tales sucesos.