Majo no Kuni

Takt Op. Destiny – 11~12 [Final]


¡Hola a todos! Hoy traigo buenas y malas noticias. Las malas son que hemos ido tan rápido con esta serie que no me ha dado tiempo de poner en las publicaciones todas las chorradas que tenía pensadas. Una tragedia, ¿verdad? ¿Cómo, que cuáles son las buenas? Pues que ya hemos acabado la serie… Pero volviendo al tema que nos ocupa, me veo en la obligación a recurrir al mucho texto para poder dar los datazos que tengo en la recámara.

Por un lado, me gustaría profundizar en el mito de Orfeo. La mitología griega no lo tiene claro, pero se dice que sus padres fueron Apolo (dios de la música, entre otras cosas, era un tipo muy pluriempleado) y Calíope (musa de la elocuencia y la poesía épica) así que lo normal era que el chiquillo tuviera algún talento musical. Su historia más conocida fue una incursión que hizo a los infiernos para resucitar a su amada fallecida, Eurídice, a la que consiguió alcanzar tras embelesar y dormir a todos los demonios que encontró por el camino, e incluso a Cerbero, con la música de su lira. Hades los acaba pillando, pero les da una oportunidad de escapar. Ese es el meollo de la historia, pero no os voy a destripar el final.

El otro tema es la música. Me siento muy afortunado de haber tenido la oportunidad de ver y traducir esta serie, porque se nota la pasión por la música en cada capítulo. Una curiosidad, por ejemplo, es como suena un acorde de la Danza de los Mirlitones, del Cascanueces de Tchaikovsky, en el 05:16 del capi 11, a la vez que sale un musicart vestido de tal indumentaria. Y este es solo un detalle de todos los que impregnan la serie. Por ello me gustaría agradecer a todo el equipo por su dedicación a la misma y desearos que la disfrutéis tanto como yo la he disfrutado.

Y, una vez escondidos los agradecimientos entre el mucho texto, toca ir acabando, así que me toca hablar de Beethoven. No era un tipo muy agradable, se decía, pero sus motivos tendría: un padre alcohólico que le robó la infancia a base de clases de música, unos orígenes humildes que truncaban todos sus amoríos entre la alta sociedad en la que se movía por su talento y (lo que yo creo que es lo peor que le puede pasar a un músico) una sordera temprana que no solo le hizo perder parcialmente la audición sino que le provocaba molestos zumbidos en el oído. Aun así, su destino era dejar huella en el mundo de la música («Esto no es para usted, es para el futuro», le dijo a un oyente) y entre otras muchas maravillas le debemos la 5ª Sinfonía, que hemos escuchado multitud de veces en esta serie. Desde sus fatídicas cuatro primeras notas, que anuncian el destino que nos depara; hasta el glorioso tema del cuarto movimiento, que anuncia el triunfo y la liberación (lo han usado muchas veces en la serie, id al 25:00 de video de abajo y decidme que no os da subidón). Por ello, no puedo irme sin recomendaros que le deis la oportunidad de escucharla entera, definida como una de las obras de arte más importante de todos los tiempos, la composición musical de la que ha nacido nuestra musicart protagonista, la luz que ilumina a la humanidad, la Sinfonía nº 5 en do menor, op. 67, Destino, de Ludwig van Beethoven.


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